miércoles, 22 de febrero de 2012

capitulo 2




Luis mete la llave para abrir la puerta de su casa. Marta con él. Muy cerca. Le encanta ese chico.
--no me trates como si nada. Viví mi primera vez contigo.
--tú sabes que yo no busco novia, lo hiciste porque querías.
--sí pero almenos podemos seguir siendo amigos.
Luis la mira sensual.
--podemos hacer lo que quieras.
Marta y él viven puerta con puerta.
--¿te vienes? –le pide ella que no quiere renunciar a él.
Luis la mira pícaro. Saca la llave y la sigue. De la vivienda en la que iba a entrar Luis sale un chico igual a Luis pero rubio. Siente celos al ver a su hermano entrar en casa de la vecina.
--¡que suerte tiene el tío, jode casi todos los días y yo a dieta¡ ¿qué le ven? –dice para sí con amargura.

7-mayo-1992 (jueves)"Hoy he salido a pasear a mi Pincho. Paso por delante de la casa de mi amado Luis y veo que él sale con su perro, un husky siberiano. Como quien no quiere la cosa lo he acompañado. Tenía tantas ganas de estar así con él. Hablando de nuestros perros pues sin querer hemos tenido nuestra primera conversación. ¡Mi Luis es un chico maravilloso y yo estoy tan enamorada¡ Hemos empezado hablando de los perros y me ha acabado contando que sus padres están separados. Yo no me he atrevido a hablar de mi, estaba demasiado nerviosa y sólo lo he escuchado. Encuentro muy tierno eso de que sea hijo de padres separados. Me hubiera gustado hablar en serio con él sobre este tema pero yo estaba hechizada como para decir algo. Si hablo de mi Pincho aún pero de otros temas… No me animo. La conversación ha sido superficial pero yo hubiera estado toda la tarde hablando con él y el pobre no hubiera podido comer. Es él quien se ha despedido.
--yo me voy que mi padre ya me debe estar esperando.
Es adorable, un amor, el chico perfecto. El tiempo se me ha pasado volando. Yo hubiera calculado que apenas hemos estado un par de minutos pero hemos estado como diez minutos. No está nada mal, con lo que me gusta. Me la he pasado muy bien con él. Recuerdo divertida momentos como cuando yo le hablaba que mi Pincho está a dieta.
--¿estaba gordo? –me pregunta.
O cuando él me dice que su perro sólo come pienso y yo le digo que al mío no le gusta.
--Al mío tampoco pero sabe que es lo único que le toca –él.
Yo le he dicho que Pincho prefiero comer lo mismo que yo.
--hombre, claro –dice riendo.
Ha sido una conversación superficial pero yo estoy feliz. Lo amo y quiero amarlo toda la vida. Sé que será duro porque en pocas semanas el curso habrá acabado y a lo mejor no lo volveré a amar nunca. Eso es algo que me duele mucho pensarlo. No me importa el dolor si me lleva a la tumba pero me gustaría amarlo sin dolor como ahora, conformarme con lo poco que tengo. Sé que él nunca se fijará en alguien como yo. Hay tantas chicas bonitas en mi clase, para la gordita no habría ni un momento de desahogo. Sé que no puedo aspirar a su amor ni a nada pero sería un sueño poder llevar en mi vientre a un hijo suyo. Es una locura imposible pero sería tan bonito. Sé que si tuviera un hijo suyo podría amar a mi Luis toda la vida pero me da miedo que la soledad me hunda. El único hombre con el que podía contar era mi papá. Ahora él no está ¿y qué haré cuando tampoco esté Luis? ¿qué haré cuando deje de verlo? Pero ya no hay marcha atrás. Lo que tenga que pasar pasará y si hay dolor los ratos que he disfrutado de él viéndolo en clase lo compensará”.
Emilia cierra su diario y lo besa. Suspira pensando en Luis.
--te amo por sobre encima de todas las cosas, eres el chico perfecto y ojalá ocurriera un milagro y te tuviera siempre cerca. Es el mejor regalo que me podrían hacer.

Esa misma tarde, Emilia se dirige al instituto con la ilusión que pase algo bello con su amado Luis. Luis se acerca por el vestíbulo. Otro chico lo llama.
--Luis, tío. Hola.
Luis se para.
--hombre, Juan. Creí que ya no venías. Incluso le iba a preguntar a mi hermano por ti.
Luis y Juan llegan a clase hablando. Emilia mira a Luis y suspiran. Los chicos se sientan encima de la mesa. Van hablando. Raquel y Marta se unen a los chicos. Ambas miran a Luis de una manera especial. Luis las mira como simple compañeras de clase. Raquel se muestra un poco coqueta con Juan para ver si pone celoso a Luis pero Luis pasa del tema.
--¿y tú eres mayor que nosotras, no? ¿Cuántas veces has repetido? –Raquel.
Para no ser menos, Juan dice mirando a Luis.
--¿tú también has repetido mucho este curso no?
--sí, es la tercera vez que lo hago pero la primera en letras. Siempre he hecho ciencias. El año pasado lo dejé.
Eso preocupa a Emilia.
--¿y si encima deja el curso antes de hora? –piensa.
Luego ella misma se da cuenta que lo que ha dicho no tiene sentido.
--¿a menos de un mes del final de la clase? –piensa para sí-- ¡que más da¡

A la hora de la salida,. Luis entra en el lavabo. Otro chico lo estaba siguiendo. Se excita al ver a Luis entrar en el lavabo. Es un chico muy tímido. Se muestra nervioso. Se habla así mismo.
--venga, Jose, está es la tuya.
Se decepciona al ver que Luis se ha encerrado en uno de los wáters pero reconoce la carpeta que ha dejado fuera. Así que Jose, como quien no quiere la cosa, espera a que salga.
--Es una lástima que, aparte de ser el más guapo de la clase, sea tímido –dice Jose.
Le hubiera encantado encontrar a Luis en el urinario. En un rato sale Luis. Sale cantando. Los muchachos se saludan y Jose se va muy contento pero a la que está ya en la puerta se maldice así mismo.
--¡eres un imbécil¡ ¡podía haber alargado un poco más el breve rato que hemos estado juntos, hablarle de lo que fuera…
Pero está contento de haberlo tenido cerca. Juan entra en ese momento. Mientras hace pis en el urinario, Luis se queda a su lado. Hablan tranquilamente. Emilia va al lavabo, está al lado del de los chicos. Justo cuando ella entra ve que salen los dos chicos. Juan no le dice nada a Emilia a la que desprecia por gorda. Emilia y Luis sí se saludan. Emilia lo ama locamente pero después de haber hablado con él en la mañana ese simple saludo le sabe a poco. Emilia entra en el lavabo suspirando por Luis.
--es tan guapo y lo amo tanto.

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