miércoles, 22 de febrero de 2012

capitulo 20



Y en ese su antiguo cuarto, Emilia se deja llevar por los recuerdos del pasado, por el presente. En su mesita de noche hay una foto de su perro Pincho. Mira esa foto con el rostro lleno de lágrimas:
--perdón por abandonarte pero me sentía demasiado mal para ocuparme de ti cuando ni siquiera podía ocuparme de mi.
Elisa entra en el cuarto de su hija, se sienta en la cama con ella y mirando la foto le dice:
--te echó mucho de menos pero yo lo cuidé bien hasta que se murió.
Madre e hija se abrazan. Emilia llora:
--hija ¿porque no me cuentas lo que te está pasando?
Emilia se seca las lágrimas:
--nada, mamá. No te preocupes.
La monja fuerza una sonrisa.
--yo creo que ya es hora de que hablemos de lo que pasó hace tantos años.
Emilia se levanta de la cama:
--¡¡no¡¡ ¡¡el pasado está muerto y yo no quiero hablar de eso¡¡
--pero hija…
--Mamá, si tú eres feliz con ese hombre que no te importe nada.
--pero es que él es el padre de ese chico que tanto daño te hizo, de Luis.
Emilia sonríe:
--pase lo que pase con Luis me alegro que seas feliz con su padre.
Y a Elisa no le gusta nada la mirada de su hija:
--¿cómo que lo qué pase? él es casado y tu religiosa.
La culpa domina el rostro de Emilia. Elisa se altera:
--¡¡hija no me asustes¡¡¡ ¿¿cuando vuelves al convento?
Y el reproche de su madre hace que Emilia se sienta una mala mujer:
--pronto --dice.
--menos mal. A mí nunca me gustó que fueras monja pero quitarle el marido a otra. Eso es de mala mujer. Eso no te lo permitiría.
Elisa da un beso a su hija y Emilia se queda sola y muy atormentada.

Al día siguiente, María de los Ángeles se ha despertado pronto y ve a su marido dormido en el sofá.
--te voy a perder. Te voy a perder.
Luis abre los ojos:
--¿te pasa algo?¿te sientes mal?
María de los Ángeles fuerza una sonrisa:
--todo normal, sólo que te eché de menos
Luis se siente muy culpable con su esposa y evita mirarla a los ojos:
--es que no te quise molestar.
Y los dos tienen cosas que callar y por eso ambos evitan estar juntos.

Mientras Encarnación está muy alterada en su casa. Despierta a su hijo Carlos que dormía tranquilo.
--¿qué pasa?
--¿¿¡¡cómo qué pasa?¡ ¡¡tu hermano va a salir con una gorda ramera y tú me preguntas qué pasa??? --dice ella cómo loca.
--pero aún es pronto. Déjame dormir un poco más..
Encarnación da un empujón a su hijo y lo tira de la cama:
--¡¡yo no he podido dormir en toda la noche. La situación es muy grave como para que tú te duermas¡¡ ¡¡no quiero a esa zorra en mi familia¡¡
--déjamelo a mi. María de los Ángeles seguirá siendo tu nuera.
Y Encarnación se expresa con mucho desprecio de la esposa de su hijo menor:
--esa tipa que fue incapaz de darme un nieto nunca me gustó pero es mejor a la gorda. Espero que Luis la deje luego por una que sí le pueda dar hijos pero no la gorda.
--Emilia ya no es gorda.
--¡¡o ex gorda¡¡no con la hija de esa cualquiera¡¡

Carlos llama a María de los Ángeles y la atormenta:
--no debes dejar que tu marido salga ¡¡no debes¡¡ ¡¡si mi hermano te deja por otra nunca un hombre te tomará en serio porque quedarás marcada para siempre.
--por favor estoy mal --llora ella.
--¡¡y peor que vas a estar si esa gorda corregida te saca a tu hombre¡¡ ¡¡ella ni siquiera lo quiere. Es una perdida, se me quiso regalar a mi. Si lo tienes que quitar. Se lo tienes que quitar¡¡

Y mientras Luis espera ansioso el momento de su cita con Emilia, María de los Ángeles piensa en sí debe seguir con la mentira o no.

Emilia miente a su madre diciendo que va a la iglesia cuando en realidad va al encuentro de su amante y esa traición a los votos que hizo es algo que la devora por dentro pero es más fuerte el amor que siente por Luis.

Y justo en el momento en el que Luis iba a salir a ver a Emilia para despedirse de ella María de los Ángeles, incapaz de perder a su marido, finge que se encuentra mal y no permite a su marido salir. Y Luis angustiado porque Emilia va a creer que la dejó plantada. Y justo en ese momento se aparece Carlos. Los dos hermanos hablan a solas, Carlos se finge el buen amigo y logra que Luis le diga dónde es su cita con Emilia. Luis está seguro que Carlos logrará que Emilia lo vea en la tarde.
--confía en mi, hermano. Yo sólo quiero tu felicidad. a mi me parece muy bien que te acuestes con esa cualquiera. Yo haría lo mismo.
--me voy a despedir de ella. No puedo engañar a mi esposa.
Los dos hermanos hablan en un susurro.


Y Emilia está ya esperando. Le duele que el hombre sea impuntual:
--no le intereso. No estaba tan pendiente de mí.
Y no sabe que Luis mientras "cuida" a su esposa no hace más que sufrir pensando en lo que estará sintiendo Emilia y lamentando no poder haber ido a verla y eso le hace sentir mal.
--tu esposa se muere y tú pensando en la otra. ¡¡Eres un miserable¡¡ --se reprocha continuamente.
Y Emilia sigue esperando:
--seguro que no pudo salir ¡¡es casado¡¡
Y eso la hace sentir aún peor y de repente una mano se pone en su hombro. Se gira feliz:
--mi amor.
Su rostro se le desencaja al ver que es Carlos.
--¿¿qué haces aquí?¡
--Me manda mi hermano. Te espera en la casa de la abuela. ¿Sabes dónde es? la puerta estará abierta. Ve en media hora.
Emilia siente miedo de Carlos pero este se va y Emilia decide hacerle caso porque desea demasiado ver a Luis.

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